Sucedió tras una persecusión el pasado martes 3 de febrero en La Tablada.
El crimen de Miguel Ángel Medina, el suboficial de la Bonaerense de 30 años que recibió un disparo en la cabeza mientras perseguía a dos presuntos ladrones tuvo en las últimas horas un giro inesperado: Verónica Castillo, de 24, su compañera del Comando de Prevención Comunitaria (CPC) Norte de La Matanza, le confesó al fiscal de homicidios que investiga el hecho que la bala que acabó con la vida de su colega fue disparada por ella misma.
La declaración benefició a Maximiliano Ezequiel Rodríguez López y Sergio Hernán Fleitas, quienes eran perseguidos por los efectivos cuando Medina cayó tendido con el balazo en la cabeza, y ahora sólo enfrentan la causa por robo con arma que maneja la fiscalía de Flagrancia de La Matanza.
Por su parte, el Ministerio de Seguridad a cargo de Alejandro Granados, señaló que la policía, que había ingresado a la fuerza en abril de 2011, fue desafectada de sus funciones.
Según fuentes judiciales, Castillo declaró frente al fiscal Jorge Yametti que el tiro se le escapó “por error”. La mujer contó que al llegar a la casa de la calle Jujuy 5451, donde uno de los dos sospechosos que perseguían intentaba esconderse, se bajó rápido del patrullero para refugiarse en la parte trasera y resguardarse. Después, apuntó su arma reglamentaria 9 milímetros por sobre el techo y en ese momento se “encandiló” con las luces de la baliza.
Castillo añadió que la mano con la que sostenía el arma golpeó sin querer la baliza del móvil y se le escapó “un único disparo”. Luego descubrió a su compañero tendido en la calle con una herida de bala en la cabeza. Medina fue trasladado de inmediato al Hospital Balestrini de La Matanza, donde murió por la gravedad de la herida.
Por otra parte, fuentes de la investigación revelaron que a los detenidos no se les secuestró ningún arma de fuego, pero en la esquina donde ocurrió el hecho hubo un tiroteo, por lo que estimaron que los sospechosos pudieron haber descartado un revólver durante la huida.
En tanto, el fiscal Yametti aguarda tener el resultado de las pericias que encargó a la Policía Científica para establecer con seguridad la secuencia fatal. En este contexto, deslizaron los voceros, Castillo podría llegar a ser imputada por el homicidio culposo de su compañero. Por eso la fiscalía secuestró y mandó peritar las dos pistolas 9 milímetros de los policías.
Ayer, la auditora general de Asuntos Internos del ministerio de Seguridad bonaerense, Viviana Arcidiácono, aseguró que la policía repitió la versión del disparo accidental cuando habló con sus superiores y por ese motivo se tomó la decisión de desafectarla del servicio.
“Creo –explicó la funcionaria– que es un hecho desgraciado, pero para hacer la investigación como corresponde, entiendo que teníamos que desafectarla al menos hasta saber cómo fue todo el hecho.”
“Es una efectivo que está en estado de shock y con un estrés que la hace peligrosa para que siga teniendo un arma y no puede estar de servicio”, concluyó Arcidiácono.