Un hombre fue condenado a 18 años de prisión por el homicidio de su hermana, quien fue enterrada en un pozo ciego tras haber sido golpeada y estrangulada luego de estar desaparecida un mes, en 2013, en la localidad bonaerense de Villa Luzuriaga, informaron el viernes fuentes judiciales.
Las fuentes dijeron a Télam que la pena recayó sobre Ariel Alejandro Morales (41) por el “homicidio simple” de Beatriz Morales (45), pese a que había llegado imputado por “femicidio” y era la primera vez que juzgaban a un hermano por ese delito.
En ese sentido, el fiscal Alfredo Luppino había solicitado al Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 5 de La Matanza la pena de prisión perpetua por “homicidio agravado por el estado de indefensión de la víctima (alevosía) y por violencia de género”.
Si bien el “homicidio agravado por violencia de género” se utiliza, generalmente, cuando un hombre mata a una mujer que es o fue su pareja, en este caso, el fiscal tomó en cuenta la convivencia entre ellos y los abusos que sufrió.
Sin embargo, para los jueces Matías Mariano Deane, Javier Mario González y Gabriela Silvia Rizzuto no se comprobó que el ahora condenado haya asesinado a su hermana por su “condición de mujer”.
Según las fuentes, el fiscal Luppino apelará el fallo del TOC 5 porque consideró como agravantes que la víctima era “discapacitada mental” y que sufrió abusos tanto por parte de su padre hasta que éste murió como por los amigos de su hermano.
Los jueces basaron su acusación en los testimonios de algunos vecinos que evidenciaron que una vez que el hermano se hizo cargo de la mujer, ella sufrió maltratos, padeció desnutrición e, incluso, fue abusada sexualmente en reiteradas oportunidades.
El hecho que se ventiló en el debate fue descubierto el 13 de julio del año pasado en una vivienda situada en Atenas 195, del barrio Los Pinos, en Villa Luzuriaga, partido de La Matanza, en el suroeste del conurbano, donde la víctima residía con su hermano Ariel.
Este hombre había denunciado la desaparición de la mujer el 12 de junio en la comisaría local.
Sin embargo, otro hermano de Beatriz fue hasta la casa y advirtió que Ariel tampoco estaba en el lugar, y luego vio cabellos y una mano a través de una abertura del pozo ciego de la vivienda, por lo que llamó a la central de emergencias 911.
Ante esa situación, los efectivos se trasladaron hasta el lugar y el personal de la Policía Científica y de Bomberos inició una búsqueda hasta que encontró el cuerpo de la mujer en el pozo ciego, donde también se encontraron restos de cemento.
Tras el hallazgo, los pesquisas policiales apresaron a Ariel en el partido bonaerense de Morón.
Los médicos forenses que realizaron la autopsia al cadáver de Beatriz determinaron que sufrió “múltiples fracturas” en el cráneo producto de golpes y que también fue “ahorcada”.
Los peritos también estimaron la data de muerte en unos 30 días anteriores al hallazgo, es decir, en la fecha aproximada en que la mujer desapareció.
El cuerpo de Beatriz fue hallado en un avanzado estado de descomposición, con una casi completa degradación de la piel y aún conservaba un pantalón de jogging, restos de una remera en los brazos y un rosario en el cuello, elementos que permitieron su primera identificación.