Todo comenzó sobre la Avenida Gaona al 1.900, de Ramos Mejía. En ese punto de La Matanza, un ladrón ingresó a una inmobiliaria y se hizo pasar por un cliente.
En principio, la dueña del local lo atendió hasta que descubrió la falsedad del supuesto interesado, que, “en determinado momento, comenzó a mirar para afuera de manera sospechosa”, según contó Norma, todavía afectada por la golpiza que el sujeto les propinó a ella y su hijo Ariel, que intentó defenderla del ataque. Es que, al parecer, quería atarlos a ambos.
Además, la mujer expresó que, antes del hecho, creyó ver al malviviente “observar por la mirilla” del negocio, de manera que sabía que, recientemente, las víctimas habían cobrado el dinero de un alquiler. En referencia a la agresión, Norma expuso que el sujeto peleó con su hijo y “le pegó en los ojos y le abrió la cabeza a golpes”. También, que la lastimó a ella: “Me pegaba patadas en la panza”, relató a El1 Digital.
De acuerdo a las víctimas, al concretar el robo, el ladrón “salió corriendo para el lado de la calle Escalada”. “Se llevó alrededor de 3.500 pesos y dejó el arma de juguete en el piso”, concluyó la mujer.